Le Première Entrance

“Sexy y carismática abogada de 23 años (casi por cumplir 24) en busca de trabajo y un novio (...)” *

Hahaha, sí!, definitivamente así comienza este año.

En primer lugar, admito que ya me es de por sí impresionante decir que soy una abogada. Vaya... ya pasé por el “calvario” de una carrera de 5 años y en el recuento no me va mal. Durante mucho tiempo fui de las mejores en mi clase, y sin embargo no fui tan ñoña como para no reprobar una materia... por faltas!!!... hahahaha. Tanta gente que conocí en aquel 2005 y tantas cosas que han pasado desde ese entonces.

Ya sé que aún no se termina por completo, hoy aún me encuentro esperando 2 de mis calificaciones del décimo semestre (una de ellas en verdad me preocupa), pero por otro lado en una semana tengo que ir a pagar lo de mi título y de ahí quedará muy (realmente muy) poco para ya tener conmigo dicho documento y mi cédula profesional, lo que se traduce en SER ABOGADA.

Wow... temas de gente grande!. Sin duda interesante (para mi). No sé si hablo tanto de madurez, porque si bien todo lo anterior me cuesta trabajo “digerirlo”, aún me cuesta más eso de la madurez. Y es que, lamentablemente, tengo la sensación (por simple observación del mundo que me rodea) que es dejar de hacer muchas de las cosas que me gustan.

Pero!, y he aquí uno de mis propositos en la vida (y no sólo del 2010), no dejaré de hacer las cosas “tontas” que también disfruto. Porque simplemente todo eso soy yo. Yo soy esa joven profesionista que no bebe una sola gota de alcohol, soy esa que tiene un humor demasiado sarcástico para su propio bien (bueno, en realidad para el bien de los demás), la que disfruta tomándose fotos que ilustren los textos que dirige “a quién corresponda” vía Internet, la que llora incluso cuando ríe, la que cree en su religión y la defiende, la que aprende idiomas, la que siempre gana (sí, aún cuando “pierda” sé que gané algo), la que nunca desearía el mal a nadie, aquella que siempre piensa en doble sentido, la que se crea imagenes “de la vida real” en su cabeza, la que escribe libros que no tienen que ver con lo jurídico, la que nunca daría importancia vital a cosas de dinero, la que no tiene muchos amigos (y así lo prefiere).

En fin, creo que esta podría ser una lista realmente larga. Escribir lo que a uno lo define no es fácil, definitivamente no lo es. Pero ¡creo que he establecido mi punto!.

* Ya ya, ya sé que no soy sexy y tal vez no soy tampoco tan carismática, pero suena bien para la primer frase!